CRUCE PEATONAL: ESTADO Y CIUDADANIA (I)

Desde su creación, el Reglamento de Tránsito menciona al PEATON, como un “sujeto pasivo” dentro de la concepción de Educación Vial. Es decir, siempre fue —y será— esa persona desconocida o sencillamente, el tercero en la relación CONDUCTOR-POLICIA. El PEATÓN, es también considerado como el ETERNO OBSTACULO, el “dolor de muela” o “la piedra en el zapato” en los accidentes de tránsito, pues cierto ¿no?, pero acaso debemos sacarnos “la muela” o “la piedra del zapato”. Disculpen la ironía, pero no se puede pensar en serio una sanción a un elemento que siempre apareció en los Reglamentos de Tránsito simplemente como parte del escenario. Puede ser una banca, un letrero o poste muy mal ubicado. Y la explicación en pensar al PEATON ahora como OBJETO, es porque los Reglamentos se aplican a ORGANIZACIONES, GRUPOS o INSTITUCIONES; por eso, cuando uno desea recabar una Licencia de Conducir, cumple con requisitos siendo el primordial, INFORMARSE o CONOCER el Reglamento de Tránsito, inclusive, si no calificamos esa condición sine qua non pues no seremos parte de la ORGANIZACIÓN de personas que “¿saben?” conducir un vehículo. Y si aprendimos bien ese Reglamento, nos daríamos cuenta que gran parte de aquel, pretende proteger al PEATON.  Entonces, ahora cabe preguntarnos, cuándo se nos consultó como PEATONES, si deseábamos ser parte de esa misma ORGANIZACIÓN, si ni siquiera el ente controlador nos ha capacitado como tales, ni en la época de educación obligatoria (etapa escolar), y peor, no saben si algunos de nosotros, hemos calificado como PEATONES. 
Por ende, la premisa es: ESTADO, EDUCANOS A TODOS LOS PERUANOS ANTES DE MULTARNOS!